En 2022 no esperamos un año de estantes vacíos, sino de cambios masivos en la composición de los motores macroeconómicos y de mercado. Así, prevemos una transición de la oferta de componentes clave (como política monetaria, inflación, rentabilidad y alfa) al nuevo ciclo. Expectativas:
- Las inyecciones de liquidez monetaria y el respaldo fiscal pasarán a ser una combinación de políticas más restrictivas, especialmente en Estados Unidos.
- Erosión de los factores que han mantenido la inflación baja durante décadas de globalización, debido a restricciones en torno al medioambiente, la vivienda y los salarios.
- Moderación de las altas rentabilidades de la renta variable
(previamente impulsadas por el descenso de los tipos de interés, beneficios crecientes y expansión de múltiplos) en línea con el crecimiento del beneficio. - Migración de las oportunidades de alfa desde grandes sesgos factoriales hacia resultados más idiosincráticos dictados por la innovación y la disrupción.
En nuestra opinión, estos cambios en la oferta podrían conducir a desequilibrios transitorios y volatilidad, pero son esenciales en la transición hacia una expansión más robusta y sostenible.
En esta edición del Market Know-How exploramos cuál podría ser el mejor modo de invertir en tal coyuntura, poniendo énfasis en:
- Ampliar la huella geográfica de una cartera para mejorar el acceso desde empresas específicas a la recuperación cíclica y las tendencias post-COVID-19.
- Incorporar inversiones no tradicionales para amplificar el posicionamiento selectivo, diversificar los flujos de rentabilidad y gestionar los episodios de volatilidad.
- Posicionamiento activo y agilidad, reconociendo que la innovación disruptiva se está acelerando y que la fuerza del cambio está desplomando los ciclos de vida de las empresas.
- Invertir como guardianes del capital y del medioambiente, para aprovechar transiciones económicas y sociales más amplias.